lunes, 22 de septiembre de 2008

El humano perfecto



Aquí está el humano.
Aquí está el humano.
Aquí está el perfecto humano.
Veremos al humano perfecto funcionando.
Veremos al humano perfecto funcionando.
cómo realiza tal función, qué tipo de cosa es. Buscaremos eso, investigaremos eso.
Ahora veremos como es un humano perfecto.
Y que puede hacer
Esto es lo que sería una oreja y aquí hay un par de rodillas y aquí un pié.
Otra oreja. Aquí hay un ojo. Miren este ojo humano.
Luego, una boca, una boca y... otra boca.
Mire, un humano perfecto moviéndose en una habitación, el humano perfecto se puede mover en una habitación.
El humano perfecto se puede mover en una habitación.
La habitación está en blanco e luminada con luz, es una habitación vacía. Aquí no hay nada.
Andando, corriendo, saltando, cayendo, miren ahora, él se cae.
¿Cómo se cae? así es como se cae.
Miren, ahora ella se acuesta.
¿Cómo se acuesta?
Así es como se acuesta, así.
Sí, ahí está él ¿quién es? ¿Qué puede hacer? ¿Qué quiere? ¿Por qué se mueve así?
¿Cómo se mueve así? Mírenlo, mírenlo ahora, y ahora, mírenlo todo el tiempo.
Ahora ya no hay música, no hay más música, el humano perfecto en una habitación sin límite,
sin nada, y una voz diciendo unas pocas palabras, esta voz, diciendo: "unas pocas palabras".
Mírenlo ahora, mírenlo todo el tiempo.



Ahora el humano perfecto se desnuda. Las ropas se sacan.
Pajarita, chaqueta, zapatos, botas, vestido, medias, sujetador, las ropas se sacan.
¿Cómo es el tacto del perfecto humano?
¿Cómo es la piel? ¿Es suave? ¿Es caliente? ¿Es blanda? ¿Es seca? ¿Está bien cuidada?
¿Cómo es la piel de la barbilla? ¿Cómo es en las piernas, los brazos la frente?
Aquí está la cama.
Aquí está la cama.
Hay una cama en esta habitación, la habitación ya no está vacía.
Hay una cama en la habitación.
La cama donde el humano perfecto duerme y hace el amor.
Escuchen al muano preparándose, escuchen al humano perfecto viviendo, escuchen sus sonidos.
¿En qué está pensando este humano?
-"Hoy, también, experimenté algo que espero entender en un par de días, alrededor de mi mano izquierda brillaba un anillo nebuloso con llamas blancas, tube cuidado con la parte izquierda de mi chaqueta oscura. En medio de mi corazón había un pequeño punto blanco. No sé qué se supone que significa"
Ahora hay también una mesa en la habitación, y sillas, y el humano.
La música y la voz.
El humano perfecto va a comer y a beber. Lo veremos en el almuerzo
¿Cómo come el humano perfecto?
Escucharemos el sonido del cuchillo y el tenedor y el vino en los basos.
La cena está servida.
¿En qué está pensando?
¿En qué está pensando?
¿Está el humano pensando en la habitación donde se encuentra? ¿La comida que come? ¿Felicidad? ¿amor? ¿muerte?
¿En qué piensa el humano perfecto?
Mírenlo ¿en qué está pensando?

-"¿Por qué la fortuna es tan caprichosa? ¿Por qué la alegría acaba con tanta rapidez? ¿Por qué me ha dejado? ¿Por qué te fuiste?
¿Por qué la fortuna es tan caprichosa? ¿Por qué la alegría acaba con tanta rapidez?...
Muy muy delicioso."
-"Hoy, también, experimenté algo que espero entender en un par de días...




Cortometraje de Jørgen Leth 1967. Imdb.
(qué guapa que es la actriz)

viernes, 12 de septiembre de 2008

Patos Nazis


Por un momento le pareció que un pequeño vibrar envolvía la cocina, recorría la mesa, trepaba por su brazo y desde el mismo hueso llegaba a sus enmohecidos dientes.
Tan imperceptible era, que Jhohanius se preguntaba si lo había sentido desde siempre, o si a partir de ahora, consciente de su vibración interna que tantos años le habría acompañado sin darse cuenta, sería capaz de vivir el día a día con total normalidad.
Jhonhanius odiaba los repentinos achaques con los que mañana tras mañana se vengaba su maltratado cuerpo, pero el extraño vibrar al que le sometía esta en especial le hizo dudar ahora del origen. ¿Acaso no había aumentado la sensación con el paso de los minutos? ¿Acaso ahora, en este mismo instante, no se sumaba al extraño fenómeno el sonido de un rumor lejano?. Ya no cabía duda, después de que uno de sus hermosos platos de colección japonesa se rompiera estrepisomente al caer contra el suelo, Jhohanius dedujo hábilmente que su cuerpo no era creador de tan extraño fenómeno, tan solo el mensagero.
Nuestro gran amigo avanzó hacia la ventana caminando con cuidado, afianzando sus pasos en el ahora inestable suelo. Jamás el tiempo había transcurrido con tanta lentitud. Jhohanius al ver lo que se aproximaba a su modesta casa, solo pudo arrodillarse y rezar en su casi olvidada lengua materna...

Jhohanius no sintió dolor alguno.