jueves, 27 de noviembre de 2008

"No es para comer, es para leer" (Isaac Asimov)




La inspiración es una puta que no fía y como estoy sin cerveza ni se digna a preguntar por mi de vez en cuando, pero no temáis oh! mis pequeños cazurrines, que aquí está el gran amigo Isaac Asimov desvirgador de mentes estrechas como la vuestra, para excitar vuestro aparentemente inalterable encefalograma. El texto que os dejo aquí es parte de una publicación cargada de relatos cortos, relatos que junto con otros muchos libros, entre los que se encuentra la archirecomendabilísima saga de la fundación, se encuentran en este hiper-super-enlace. Vale que el texto no es muy "allá", pero es de los más cortitos que conocía... Vale la pena, (si te gusta la ciencia ficción).

CÓMO OCURRIÓ

Mi hermano empezó a dictar en su mejor estilo oratorio, ese que hace que las tribus se queden aleladas ante sus palabras.
-En el principio -dijo-, exactamente hace quince mil doscientos millones de años, hubo una gran explosión, y el universo…
Pero yo había dejado de escribir.
-¿Hace quince mil doscientos millones de años? -pregunté, incrédulo.
-Exactamente -dijo-. Estoy inspirado.
-No pongo en duda tu inspiración -aseguré. (Era mejor que no lo hiciera. Él es tres años más joven que yo, pero jamás he intentado poner en duda su inspiración. Nadie más lo hace tampoco, o de otro modo las cosas se ponen feas.)-. Pero ¿vas a contar la historia de la Creación a lo largo de un período de más de quince mil millones de años?
-Tengo que hacerlo. Ese es el tiempo que llevó. Lo tengo todo aquí dentro -dijo, palmeándose la frente-, y procede de la más alta autoridad.
Para entonces yo había dejado el estilo sobre la mesa.
-¿Sabes cuál es el precio del papiro? -dije.
-¿Qué?
(Puede que esté inspirado, pero he notado con frecuencia que su inspiración no incluye asuntos tan sórdidos como el precio del papiro.)
-Supongamos que describes un millón de años de acontecimientos en cada rollo de papiro. Eso significa que vas a tener que llenar quince mil rollos. Tendrás que hablar mucho para llenarlos, y sabes que empiezas a tartamudear al poco rato. Yo tendré que escribir lo bastante como para llenarlos, y los dedos se me acabarían cayendo. Además, aunque podamos comprar todo ese papiro, y tú tengas la voz y yo la fuerza suficientes, ¿quién va a copiarlo? Hemos de tener garantizados un centenar de ejemplares antes de poder publicarlo, y en esas condiciones ¿cómo vamos a obtener derechos de autor?
Mi hermano pensó durante un rato. Luego dijo:
-¿Crees que deberíamos acortarlo un poco?
-Mucho -puntualicé, si esperas llegar al gran público.
-¿Qué te parecen cien años?
-¿Qué te parecen seis días?
-No puedes comprimir la Creación en sólo seis días -dijo, horrorizado.
-Ese es todo el papiro de que dispongo -le aseguré-. Bien, ¿qué dices?
-Oh, está bien -concedió, y empezó a dictar de nuevo-. En el principio… ¿De veras han de ser sólo seis días, Aarón?
-Seis días, Moisés -dije firmemente.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Trailer Park Boys




Serie canadiense (2001) consta de 6 temporadas, actualmente se emite en España por el canal Paramount Comedy. Narra en clave de falso documental, la vida de dos amigos residentes en un parque de caravanas tras su paso por la carcel. Ninguno de los personajes tiene desperdicio, situaciones hilarantes que no dejan de repetirse capítulo tras capítulo. Muy recomendable. Página oficial. (Se nota que no tengo tiempo para el blog?) (Venga, que siga la fiesta y... chicas, no dejeis de mandarme vuestros numeros de teléfono al mail... Fiesta)

lunes, 10 de noviembre de 2008

Viaje infernal 2. La bestia lenta.


... Un perezoso se ha manifestado a dos metros de tí, y todo iría bien si no fuera porque con él también lo ha hecho su hogar, la selva amazónica. Tardas 5 minutos en asimilar que ya no te encuentras en casa, merendando aquel bocadillo de peyote en el que habías puesto tanto empeño y dedicación, 5 minutos instantáneos para ti, 5 minutos eternos para él.
120 centímetros son los que te separan ahora de la bestia lenta, que poco a poco va fijando su mirada omicida en tus jugosos ojos acuosos humanoides, prefiriendo perder el tiempo en meditar pacientemente su siguiente movimiento en lugar de hacerlo, como tú, en preguntarse cómo demonios has aparecido tan lejos de casa. 30 Son ahora los centímetros que te separan de la bestia consumidora de vida, y atrapado en una espiral hipnótica de miedo y horror no se te ocurre mejor cosa que hacer, que en un vano intento por darle paz a tu maltrecha y consumida alma, girar la vista a tu derecha, precisamente el lugar que la mismísma muerte ha elegido para observarte.

Ojalá, desafortunado de ti, no decidas ahora abrir los ojos...


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